1. |
Bendita indecisión
03:32
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BENDITA INDECISIÓN
Cuenta una vieja canción
que un cabeza de familia
con alguna que otra filia
no fue padre de varón.
Sin embargo hizo intención
y así tuvo siete hijas,
todas ellas fueron pijas,
todas salvo la menor
que tomó la decisión
de hacerse pasar por hombre
tuvo que cambiar de nombre
para unirse a un batallón.
Ocultó su condición
de mujer y daba pena
y cortose la melena
como quien corta el jamón.
A la guerra me voy yo
dijo tan llena de euforia
que camino de la gloria
del caballo se cayó.
Llamó este hecho la atención
del Rey que por ahí pasaba,
notó algo en su mirada,
una especie de atracción.
El Rey con preocupación,
al galope entró en palacio,
para nada fue reacio
a contar su situación,
madre, sentí una pulsión
al ver a un torpe guerrero,
yo que siempre he sido hetero…
yo que siempre, ahora no.
Hijo, no veo otra opción
que ceñirte a los instintos
que te marcan los distintos
derroteros del amor.
Emprendió su corazón
una lucha en el medievo,
nadie se lo puso a huevo,
eso a él no le importó.
Al soldado torparrón
lo encontró allá en una presa
desnudito y la sorpresa
que se llevó fue mayor
cuando el Rey se percató
de que Juan ahora era Juana,
la menor de siete hermanas
hija de una maldición.
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2. |
El barquito de papel
03:52
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EL BARQUITO DE PAPEL
Mal y pronto se presentan
nubes negras por doquier,
el cielo da buena cuenta
de lo que ha de suceder,
todo el mundo se lamenta,
con lo bueno que hizo ayer
se avecina una tormenta,
claro está que va a llover.
Ajeno a toda esa gente,
que si bien echó a correr,
en el agua de una fuente
un barquito de papel
navegaba alegremente
sin timón ni timonel,
nadie le gritó detente,
nadie le fue a socorrer.
Celulosa, celulosa, qué poquita cosa,
No era barco de conquistas
tan sólo quería surcar
una fuente modernista
que un artista del lugar
erigió para un dentista
al que no pudo pagar,
no quiero ser pesimista,
el barco va a naufragar.
La tensión está servida,
nadie se quiere mojar,
comienzan las sacudidas
y barquito ya no está
a la vista de esas vidas
que se han ido a resguardar
bajo un techo que les cuida,
¡qué responsabilidad!
Celulosa, celulosa, qué poquita cosa,
Sometiéndolo a sufragio
nadie se iba a complicar,
no hubo el mínimo contagio
ni la menor voluntad
de evitar aquel naufragio,
todo parece indicar,
confirmando el mal presagio,
que el barquito se hundirá.
Pero apareció un muchacho
de entre tanta humanidad
con proyecto de mostacho,
más de doce no tendrá,
a la fuente fue tan pancho
ignorando el temporal,
pero fíjate que cacho
de pan que es este chaval.
Celulosa, celulosa, qué poquita cosa,
El muchacho con su traje
de domingo echó a nadar,
hubo a quien le dio coraje
ver tanta vitalidad,
su papá le hacía chantaje:
¡hoy te quedas sin cenar!
era un mísero peaje
que tendría que pagar.
Procura que no salpique
alguien le llegó a advertir,
por más que se le critique
yo le tengo que aplaudir,
el barquito se iba a pique
ya no daba más de sí,
menos mal que salió al quite
aquel tierno querubín.
Celulosa, celulosa, qué poquita cosa.
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3. |
Café
03:04
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CAFÉ
Café, el mayor de mis deseos,
café, aquí o en los Pirineos
o en la plaza mayor de Burdeos.
Café, con mi más mejor amigo,
café, con mermelada de higo,
ya si pones un soufflé prosigo.
Café, con dos gotitas de orujo,
¿de qué?, de orujo, he dicho orujo,
Café, y yo sigo aquí esperando
al soufflé, parece que está tardando,
mis tripas se están sobresaltando.
Café, pon dos tetas de novicia,
café, tan cremosas, ¡qué delicia!,
¿cómo osas pedir té, Alicia?
Café, con dos gotitas de orujo,
¿de qué?, de orujo, he dicho orujo,
Café, con Alicia o con Aurora,
café, que abre cajas de pandora,
sólo le hace falta media hora.
Café, ya viene el soufflé, lo huelo,
café, tráigame un solo con hielo,
Alicia pedirá un té, me huelo.
Café, con dos gotitas de orujo,
¿de qué?, de orujo, he dicho orujo.
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4. |
Allá cada cual
03:07
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ALLÁ CADA UNO
Montaña o playa,
vaya dilema,
ir con Zulema,
o ir con Soraya.
A la montaña,
Soraya me acompaña,
y al sur de España,
Zulemita se baña.
Voy con la novia,
o algún amigo
da igual si a Vigo,
Roma o Cracovia
y es un marrón
el quid de la cuestión
cualquier opción
tendrá repercusión.
Marte o la luna…
¿quién los visita?
pues necesita,
de una fortuna.
Y es que ir a Marte,
no es ir a cualquier parte,
la luna aparte,
es para enamorarte.
Enero o mayo,
ahí tengo dudas,
¿ir en bermudas?
¿llevar el sayo?
El mes de enero,
si no eres friolero,
mayo lo quiero,
sólo estando soltero.
Avión o barco,
tienen sentido,
si yo decido,
saltar el charco.
Iré en avión,
o en una embarcación,
la natación,
será mi última opción.
¿Y de ida y vuelta,
o sólo de ida?
aquí mi vida,
anda resuelta.
Tan aburrida,
y tan inmerecida,
en cada huida
que cada cual decida
qué hacer con su vida.
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5. |
Pobre de mí
03:43
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POBRE DE MÍ
Con tanto microbio
a ratos me agobio,
y en un santiamén
me planto en su puerta,
la tiene entreabierta,
que la ha abierto usted,
y no ha sido el viento,
ni yo, de momento,
bien puedo afirmar
que aquello me invita
a pasar sin cita,
de hecho voy a entrar.
Pobre de mí,
¿no le da pena verme aquí?
Pobre de mí,
¿no le da cosa verme así?
Pobre de mí,
¿no le da pena verme aquí?
Pobre de mí.
...¡adelante!
Paso y tomo asiento,
escuche, le cuento,
sufro de un dolor
agudo en el pecho
y lo que sospecho
es que sea amor.
¿Por qué no me ausculta?
Siendo su consulta
tendrá material…
¿Me va hacer un feo?
Hágame un chequeo,
ya que más le da.
(Estribillo)
...¡siguiente!
Dice que estoy sano,
no me ha visto el grano
en la punta de
la nariz, qué opina,
deme una aspirina
o un espidifén,
que es mano de santo
y de tanto en cuanto
la mejor opción,
sale más a cuenta
si usted argumenta
que lo tome yo.
(Estribillo)
...¡seguridad!
Ilustre galeno,
no entro en su terreno,
ya sabrá intuir
que mi cuerpo aboga
por practicar yoga,
mire que tipín,
pase este mal trago,
¡cúbrame de halagos!
présteme atención.
Sé que hay gente fuera,
la sala de espera
cumple su función.
(Estribillo)
¡Pobre de mí, mí, mí!
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6. |
Derrochador
01:52
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DERROCHADOR
Fue sólo nacer y ya derrochaba,
la seguridad social le costeaba
a su madre un parto sin dolor,
derrochador.
Por su nombre de pila le llamaron
y de no gastar su nombre, lo olvidaron,
y él que acostumbraba a malgastar
quiso apostar.
Y apostó el dinero que no tenía
acabando, como no, en comisaría
donde angustiado empezó a jurar
que iba a cambiar.
Y cambió dos bombillas a lo sumo
por esas otras de muy bajo consumo,
pero lo suyo era consumir,
pasó a invertir.
E invirtió capital en una empresa
con ojos azules y labios de fresa,
pretendía fundar un hogar,
no sin ahorrar.
Pero ahorrar le parecía un engorro,
más aún tratar con las cajas de ahorro,
así que quedose a su edad
en soledad.
Y él solo gastó como un descosido,
no le hizo falta ser de nadie el marido,
una vez al mes Puerto Banús
y el canal plus.
Y él que era manirroto en ideales,
hoy lo único que gasta son pañales,
da gusto verle despilfarrar
su bienestar.
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7. |
Drácula
03:42
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DRÁCULA
Quién le mandaría al conde
ir de Transilvania a Londres por amor,
él estaba convencido
de que era correspondido... pero no.
Aunque le cogió gustillo
le era ajeno aquel castillo, no bastó.
Y en una caja de pino
en decúbito supino se largó.
Inició una travesía
de casi cuarenta días,
tremendísima agonía.
Y llegó a Londres…
Hizo sangre de su sangre,
caminó sobre el alambre, le salió
el tiro por la culata,
tuvo que salir por patas, lo asumió.
Tuvo un plácido regreso
pero se llevaba un beso que robó
a una joven muy valiente
que aun teniendo pretendiente, consintió.
Se enteró su prometido
y sintiéndose ofendido se juró
ir de Londres a Galati
por que no saliera gratis la traición.
Todos dieron por sentado
que el asunto aquí tratado
acabaría olvidado.
Sin embargo, qué sorpresa,
cuando el conde en su calesa descubrió
a las puertas del castillo
unos ojos con un brillo de rencor.
De nada sirvió su estatus,
ni el poder de nosferatu cuando hundió
aquel hombre resentido
una estaca en su sufrido corazón.
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8. |
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MORIRSE YA NO ES LO QUE ERA
Era tanta la agonía
de sentirse tan vacía
que llegó a considerar
cuanto menos un alivio
el optar por el suicidio,
eso sí, sin molestar.
Como un golpe de fortuna
rozó un hueso de aceituna
su sentido paladar
y al pasar por la garganta
una tos que se atraganta
no le dejó respirar.
Y morirse ya no es lo que era,
se muere de otra manera.
Metidita en una caja,
bien envuelta en la mortaja,
asistió a su funeral,
la tristeza era evidente,
y es que había tanta gente
con algo que celebrar…
Los pañuelos por el suelo,
cada cual afronta el duelo
a su modo y su pesar.
Y la dieron sepultura
sin ninguna floritura,
no hubo flores ni coral.
Y morirse ya no es lo que era,
se muere de otra manera.
Ya dormía el sueño eterno
cuando al cielo o al infierno
le fueron a reclamar
una tasa de deceso
y el impuesto de aquel queso
que no quiso declarar.
Y es que quién hace un viaje
desprovisto de equipaje,
más si es a la eternidad.
No dudaron sin embargo
en aplicarle el recargo
sin derecho a reclamar.
Y morirse ya no es lo que era,
se muere de otra manera.
Puesto que era su proyecto,
llegó al final del trayecto,
no podía imaginar
el desorden, con permiso,
que encontró en el paraíso,
era una barbaridad.
Dijo: aunque suene a blasfemia
esto es carne de pandemia,
sólo nos queda rezar,
si no hay ni capa de ozono,
lo siento pero abandono,
yo así no descanso en paz.
Y morirse ya no es lo que era,
se muere de otra manera.
La mujer arrepentida
de pronto volvió a la vida,
se la oía murmurar.
El pobre sepulturero
que no vio ningún dinero
por el hecho de enterrar
decidió hacer un esfuerzo,
si hace falta, dijo, ejerzo,
y ejerciendo como tal
la exhumó, ante notario,
ya tenía voluntario
que ocupara su lugar.
Y morirse ya no es lo que era,
se muere de otra manera.
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